Narración

Producto 13. SesiOn 4
Hace ya poco más de 100 años, en México se comenzó a proclamar justicia, porque el gobierno del General Porfirio Díaz, a pesar de que trajo cosas buenas a México como el ferrocarril, el telégrafo, etc., esos beneficios solamente se vieron reflejados en la clase alta de la sociedad: científicos, políticos, militares y hasta el clero.
Más del 80% de la población era pobre, y muchos trabajaban en el campo, con largas jornadas de más de 14 horas y con poca remuneración.
Personas letradas, comenzaron a alzar la voz por esa mayoría que vivía para tener deudas con los señores terratientes, comprando cosas carísimas en las tiendas de rayas, pidiendo fiado y dejando deudas de herencia a sus hijos, prácticamente era una esclavitud.
Entonces, esas ideas comenzaron a dar frutos en 1906, con la huelga de la mina de Cananea.
Francisco I. Madero, fue uno de los precursores de la Revolución Mexicana al revelarse al gobierno de Díaz y querer que exista la democracia utilizando el famoso lema de “Sufragio Efectivo, No Reelección”.
Pero además de Fco. I. Madero, hubo otros caudillos como Emiliano Zapata y Francisco Villa.
Emiliano Zapata, vivía en el sur de México, fue humilde, no tuvo mucha escolaridad, sin embargo se preocupó por los campesinos, quienes como él, trabajaban las tierras para los latifundistas.
Zapata tenía el lema “Tierra y Libertad”, pues él quería una reforma agraria, donde se le diera al campesino lo que por ley le correspondía, ya que no quería que la situación del campesino siguiera siendo la misma, mientras que los ricos se hacían más ricos y los pobres más pobres.